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(Suban el volumen de los parlantes)
Qué tal muchachos, buen día y Feliz día de comunidad!
Qué hermosa es la Providencia; nuestra amada Casa Nazareth fue fundada un día como hoy, en la Fiesta de la Anunciación, hace 35 años atrás. Y de este hecho cuántas interpretaciones podemos hacer, no?
Estuve leyendo lo escrito por Oscar, y si no es una jodita que nos hace, me emociona la definición que encontró en Wikipedia acerca de los nazarenos.
Hay muchas cosas para compartir de la Palabra del día, pero solo me limito a recortar lo que me llamó la atención en el día de hoy.
Del santo Evangelio según san Lucas (1, 26-38)
«En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a … Nazaret…
… dijo: “Alégrate, … el Señor está contigo”.
… “No temas, … porque has hallado gracia ante Dios…”
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra…”
… Y el ángel se retiró de su presencia.»
Un abrazo inmenso, y hasta la próxima. Como dijo Oscar, me uno a todos los nazarenos que se reunirán en Nazareth. Hay un oratorio en el Instituto, así es que, a las 11,00 hs rezaré un Ave María por todos los nazarenos.
Feliz día muchachos!!!
Titino
P.D. Un 11 de octubre de 2003 comenzábamos a reunirnos en Bs. As. Un pequeño grupo de nazarenos, y hacíamos nuestro primer boletín informativo “Vivencias”. Habíamos acordado escribir anécdotas, pequeñas “vivencias” personales en cada boletín. Lo que les envío es del primer boletín, la primera columna escrita por Silvio Bejarano; anoche la encontré por casualidad, la comparto con Uds. Lo hago con el afán no de entristecer, sino como dice Oscar: “para celebrar la vida, recordando también a nuestros hermanos que estarán presentes desde arriba”.
Éramos muy ambiciosos, el prólogo introductorio decía así: « Este espacio está reservado para las anécdotas vividas en las casas de formación de la Congregación. Así es que, los invitamos a participar activamente para poblar el espacio con recuerdos. Como verán, emitiremos uno por vez. Hoy escribe: Silvio «Bochi» Bejarano.
¡Nazareth!, ¡tierra santa, tierra de Dios, tierra del gran milagro! ¡Lugar por donde pasaron y pasarán un sinfín de personajes!, e inevitablemente, lugar de grandes y pequeñas anécdotas. Esas cosas que hacen a la sal de la vida: desde la oración de la mañana donde era inevitable que alguien se quedara dormido (y roncara) y pasara por debajo de los bancos en la Santa Misa, o que algún inoportuno hipo rompiera el místico silencio en el momento de la meditación.
Y, en la hora del almuerzo, un debate cualquiera terminara en un baño con jugo casero. O a la hora del postre, después de un opíparo almuerzo, quien decidiera abandonar primero la quinta fuera víctima de la nada despreciable puntería de algún hermano de comunidad que lo despedía con un naranjazo.
Ni hablar del área del deporte: allí exponían sus cualidades los grandes y destacados atletas, como así también los principiantes, dando lugar a innumerables y grotescos bloopers, desde una patada voladora hasta la doma de algún poste lindero.
¡Nazareth!, ¡tierra santa, tierra de Dios, tierra del gran milagro!... y de vivencias imborrables. »
P.D. Un 11 de octubre de 2003 comenzábamos a reunirnos en Bs. As. Un pequeño grupo de nazarenos, y hacíamos nuestro primer boletín informativo “Vivencias”. Habíamos acordado escribir anécdotas, pequeñas “vivencias” personales en cada boletín. Lo que les envío es del primer boletín, la primera columna escrita por Silvio Bejarano; anoche la encontré por casualidad, la comparto con Uds. Lo hago con el afán no de entristecer, sino como dice Oscar: “para celebrar la vida, recordando también a nuestros hermanos que estarán presentes desde arriba”.
Éramos muy ambiciosos, el prólogo introductorio decía así: « Este espacio está reservado para las anécdotas vividas en las casas de formación de la Congregación. Así es que, los invitamos a participar activamente para poblar el espacio con recuerdos. Como verán, emitiremos uno por vez. Hoy escribe: Silvio «Bochi» Bejarano.
¡Nazareth!, ¡tierra santa, tierra de Dios, tierra del gran milagro! ¡Lugar por donde pasaron y pasarán un sinfín de personajes!, e inevitablemente, lugar de grandes y pequeñas anécdotas. Esas cosas que hacen a la sal de la vida: desde la oración de la mañana donde era inevitable que alguien se quedara dormido (y roncara) y pasara por debajo de los bancos en la Santa Misa, o que algún inoportuno hipo rompiera el místico silencio en el momento de la meditación.
Y, en la hora del almuerzo, un debate cualquiera terminara en un baño con jugo casero. O a la hora del postre, después de un opíparo almuerzo, quien decidiera abandonar primero la quinta fuera víctima de la nada despreciable puntería de algún hermano de comunidad que lo despedía con un naranjazo.
Ni hablar del área del deporte: allí exponían sus cualidades los grandes y destacados atletas, como así también los principiantes, dando lugar a innumerables y grotescos bloopers, desde una patada voladora hasta la doma de algún poste lindero.
¡Nazareth!, ¡tierra santa, tierra de Dios, tierra del gran milagro!... y de vivencias imborrables. »
