Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


viernes, 24 de abril de 2009

Carta del Casante para la Santa Pascua

“La resurrección de Cristo es también nuestra resurrección”

Queridos hermanos y hermanas:

Nos preparamos para celebrar la solemnidad de la Pascua, centro y culmen de nuestra vida cristiana. La Pascua es la fiesta más importante de la Iglesia porque celebramos el misterio del amor de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Hace un año estábamos en la fase final del Xº Capítulo General en el cual hemos tomado como motivación y programa para todo el sexenio las palabras del Resucitado a las mujeres: “… No tengan miedo. Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán”. (Mt 28,10). Esta fuerte llamada a volver a Galilea, es todavía válida y nueva para nosotros que somos parte de la Obra Don Calabria, porque nos incita a renovarnos interiormente según el espíritu puro y genuino.
Vivimos en una sociedad donde no tenemos tiempo para detenernos, vivimos siempre apurados. De este modo descuidamos nuestra vida espiritual: no tenemos tiempo para parar, no tenemos tiempo para rezar, no tenemos tiempo para hacer aquello que es importante para nuestra vida, no tenemos tiempo para las personas que viven a nuestro lado, no tenemos tiempo para los pobres y necesitados.
A medida que pasa el tiempo estamos siempre mas amarrados a este mundo y a nuestras tareas sin poner atención a la vida nueva que Cristo nos trae con su resurrección y a la invitación que nos hace de ponernos en camino para regresar a Galilea para encontrarlo.
En estos últimos tiempos aquello sobre lo que se centra el interés y la atención de la sociedad es la crisis económica. Todos estamos asustados y hablamos mucho de la crisis económica que afecta al mundo en este momento. Pero debemos alarmarnos más por la otra crisis que afecta de una manera más fuerte nuestros corazones y el corazón de la humanidad: la falta de valores, la falta de un verdadero amor, el dejar a Dios de lado y el ocultamiento de la cruz que hace parte de nuestra vida. No podemos hablar de resurrección sin pasar por la experiencia inevitable del dolor, del sufrimiento y de la cruz. La Pascua ilumina toda nuestra vida y nos da vida en abundancia.
La invitación de estos días es a detenernos un momento para contemplar el misterio. Misterio de la cruz, pasión, muerte y resurrección de Jesús. La muerte y la cruz son dos palabras que nos asustan. El mundo de hoy quiere esconder todo esto. Pero basta mirar a nuestro alrededor, en nuestra vida, en nuestra sociedad, para ver como la cruz está presente y hace parte del misterio de nuestra salvación así como ha sido parte del misterio de la vida de Cristo.
Jesús nos ha dejado esta prueba de amor: no hay amor más grande que dar la vida. El misterio de la pascua es un misterio de amor. La expresión de Jesús hablando de su muerte: “Y cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.”(Jn 12,32) es verdaderamente paradoxal, porque humanamente la muerte en la cruz debería alejar a las personas, pero en la perspectiva del evangelio ésta atrae a todos hacia Él por la fuerza de su amor. Sólo el amor nos hace comprender el sentido de la cruz y del sufrimiento.
Agrego dos pequeños párrafos de una carta de San Juan Calabria a los Hermanos Externos que nos animan a vivir este tiempo de Pascua como tiempo de vida nueva y santidad, poniendo énfasis en aquello que es importante y fundamental.
“La santa Pascua, resurrección de Cristo, nos llama a renovarnos en el espíritu. Sea esta una fiesta del verdadero renacimiento “en novedad de vida”, en la gracia y en el amor de Cristo. Ahora deben ser ministros de su paz y de su bondad en medio del mundo, deben difundir su luz de verdad y santidad, y serán partícipes de la renovación de los hermanos que encuentran en su camino”. (FSE, 1947)
“Pero la Pascua de este año me parece, sea, especialmente para nosotros Pobres Siervos, un nuevo y fuerte reclamo a la santidad. Debemos sentir la necesidad que Dios se quede con nosotros, que no nos deje, que no nos abandone en ésta hora grave y oscura. Ciertamente no es Dios que tiene necesidad de nosotros, pero nosotros tenemos una gran y absoluta necesidad de Él. Debemos entonces llamarlo con gemidos y lágrimas; debemos rezar con asiduidad y fervor. Pero la mejor oración, recordémoslo bien, oh mis queridos, es la santidad de nuestra vida. Y si esto vale para todos, de una manera muy particular vale para nosotros Pobres Siervos, que con la gracia de Dios, por nuestra misión de religiosos; debemos ser luz y vida para todo el mundo.
Mis amados hermanos, les he dicho y les repito que debemos vivir plenamente el espíritu puro y genuino de la Obra; que Dios tiene nuevos y grandes designios para cumplir; que nuestra Obra tiene estrecha relación la hora actual; que muchos miran hacia San Zeno in Monte, y se sienten revigorizados en la fe, confortados en las pruebas, mirándonos a nosotros y creyéndonos santos. ¡Qué responsabilidad si no lo somos! Seríamos unos traidores.
Recordarán, espero, aquello que el año pasado les he dicho, que el Señor, por un designio de bondad y de misericordia todo particular, llama a nuestra Obra y le confía una misión especial y una acción reparadora. Ahora comprendan que la mejor reparación consiste en el esfuerzo continuo para alcanzar la perfección y la santidad”. (FSE, Jueves Santo 1948)
Escuchando estas palabras de Don Calabria podemos decir que la Pascua debe ser un anuncio de vida, fe y esperanza para todos. Con fe celebremos la Pascua del Señor que significa para nosotros paso de la muerte a la vida, del pecado a la vida nueva de la gracia, de las tinieblas a la luz, del miedo y la desconfianza al coraje y a la confianza, de la tristeza a la alegría.
El Señor Resucitado nos ayude a vivir su presencia en nuestros corazones y a hacer renacer la esperanza en nuestra vida y en cada persona, sobretodo en los más necesitados. Debemos llevar la buena noticia a todos: ¡Jesús verdaderamente ha resucitado y vive en nuestros corazones, Aleluya!
Les deseo una buena y santa Pascua a todos.
Con la esperanza y la alegría que viene de la Resurrección los bendigo a todos.

P. Miguel Tófful