Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


jueves, 30 de agosto de 2012

Jueves ... Día de Comunidad!!!



Hola familia, feliz día de comunidad.
Hoy la lectura del Santo Evangelio nos hablará de estar atentos y cumpliendo la tarea encomendada en nuestros puestos de trabajo.
Saben? me costó mucho elaborar alguna idea al respecto; pero creo haber encontrado al fin algo para compartir con ustedes. Es la carta de una religiosa argentina (escrita hace algunos días atrás), que está en Siria. Es un informe, que pertenece al AICA (Agencia Informativa Católica Argentina). El texto es un poco extenso, pero vale la pena. Se trata de una consagrada al Señor, que está en su puesto de trabajo.
«Carta de una religiosa argentina desde la guerra civil de Siria
Viernes 10 Ago 2012 | 11:46 am   San Rafael (Mendoza) (AICA):
Desde hace más de un año y medio, la prensa mundial y nacional informa diariamente el drama que vive Siria, donde la guerra civil ha provocado la muerte de miles de personas y la huida de muchos otros miles hacia los países limítrofes. 
En medio del tronar de las bombas y del llanto de los niños y las madres, una joven religiosa argentina que está misionando en Siria, la hermana Celina, de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, rama femenina del Instituto del Verbo Encarnado, envió a su familia una carta en la que narra la situación de la gente en el conflicto bélico, su actividad de ayuda a los que sufren, e incluso sus dudas acerca de su permanencia en ese país.

El padre Ricardo Carey, superior provincial del Instituto del Verbo Encarnado, hizo llegar a AICA una copia de esa carta, cuyo texto, por considerarlo de mucho provecho espiritual, publicamos a continuación:

La carta Querida Familia:

¡Hola! ¡Alabado sea Jesucristo! Ya es muy tarde y no puedo dormir por eso es que me puse a escribir… He dado muchas vueltas en la cama rezando el Rosario pero no hay caso. Los ruidos de las bombas son cada vez más cerca y seguidos. No es que tenga miedo, ¡para nada! Solo que no puedo dejar de pensar en la pobre gente que está sufriendo. Los padres de familia, las pobres madres desesperadas por proteger a sus hijitos, los jóvenes soldados que están lejos de sus familias y que no saben si van a pasar la noche. En fin… No me queda más que encomendárselos a nuestra Madre del Cielo para que interceda ante Dios y tenga misericordia de todos nosotros. Y por otro lado no puedo dejar de dar gracias a Dios por todo lo que nos da cada día, aun en medio de tanta confusión.

Como todos sabrán, ya hace más de un año y medio que comenzaron los disturbios en el país y hasta el día de hoy no se sabe qué va a pasar. Todo empezó con algunas manifestaciones en distintas partes del país; luego la oposición se fue organizando y tomaron algunas ciudades importantes y hoy en día ya se habla de guerra civil.

La situación se está volviendo caótica. Ahora nos cortan cada vez más horas de luz y lo mismo pasa con el agua. En algunos barrios más populares llegan a pasar hasta 10 horas al día sin luz y como estamos en verano, las temperaturas llegan a 47 grados en el día y por la noche 40. No hay combustible así que de a poco también se va parando el trabajo. El gas está carísimo… Hasta hace unos meses costaba 300 LS [libra siria] la garrafa y ahora cuesta 3.500 LS. Para que se den una idea, el sueldo de un empleado es de unas 8.000 LS al mes y ahora casi la mitad del sueldo lo gasta en una garrafa. Y así está todo de caro, los alimentos, la carne, la fruta y hasta cuesta conseguir pan. La gente está con mucho miedo y triste, sin esperanzas. Hay muchos cristianos que han dejado el país y los pocos que quedan están viendo cómo hacer para irse.

Nosotros seguimos aquí, haciendo presencia y ayudando en lo que se puede. El otro día me preguntaban si tenía sentido seguir en esta misión como estaba la situación y me quedé pensando y le hice la misma pregunta a Dios. No tardó mucho en darme la respuesta. Al rato llegó una señora llorando muy preocupada, pidiendo solo ser escuchada y con el árabe medio atravesado (como lo hablamos) darle un pequeño consejo, una palabrita de consuelo, un apretón de mano.

Después, los jóvenes de la Iglesia nos pidieron si podían venir a quedarse en nuestra casa algunos días para poder hacer algo distinto. Les dijimos que sí e hicimos 3 días de campamento. Aunque no parezca, es muchísimo lo que se puede hacer con la sola presencia, la gente lo valora mucho y para ellos es un ejemplo. Estos mismos jóvenes nos han pedido si pueden hacer Ejercicios Espirituales. Así que también está esa idea, poder hacerles ese bien, para que puedan descubrir la verdad. Para que descubran, en definitiva, a Cristo, el único que merece ser servido, por el cual ¡vale la pena perderlo todo!

Yo estoy bien, ¡estoy muy bien! Tengo una gran tranquilidad y paz en mi alma. Siento la misma felicidad que sentí el día que hice mis votos perpetuos, el día que decidí darle mi vida a Dios para siempre. Y creo que es por eso que estoy tan bien, porque es ahora cuando Él me pide que dé muestras de mi verdadero amor.

La única cosa que me tenía preocupada eran mis padres, sobre todo mi mamá y su precaria salud. He pensado muchas veces en dejar la misión para no hacerlos sufrir a ellos, para que no vaya a ser motivo de que la salud de mi mamá empeore y sin embargo el otro día cuando hablé con ella y le conté la verdad de lo que estamos pasando, me dijo: “Hija, quedate tranquila que yo estoy muy bien. Por mí no quiero que dejes nada y no olvides que lo más importante es la caridad con los demás. No dudes nunca en dar un plato de comida al que lo necesite, aunque tengas que sacarte la comida de la boca. Cuídense y sean prudentes. Dios los cuida y El no va dejar que les pase nada”.

Realmente, las palabras de mi madre me llenaron el corazón y me dieron más aliento para seguir adelante, para darlo todo (¡como ella misma me dijo y me ha enseñado siempre!). Me sentí orgullosa de ser su hija. Por eso también no puedo dejar de dar gracias a Dios por los padres que me regaló.

El mundo podría pensar: ¿qué clase de madre es aquella que prefiere tener a su hija lejos, en un país en guerra, sabiendo que en cualquier momento le puede pasar algo? Ese es el verdadero amor de una madre, un amor desinteresado, que lo da todo ¡sin esperar nada! Estoy más que segura que ella en estos momentos se muere por poder tenerme a su lado, pero entiende mi misión, sabe que es Dios el que me ha puesto en este lugar y es por algo. Sabe que no hemos sido hechos para este mundo, que aquí solo estamos de paso. Y lo más importante de todo esto, es que ella también sabe que hay un premio que vamos a recibir las dos si somos fieles a la voluntad de Dios…

Por eso no tengo ninguna duda que esto que estamos pasando redunda en un bien muy grande. Sé que sus oraciones, dolores y sufrimientos hacen que yo esté bien aquí donde estoy. Y sé también que mis oraciones y sacrificios hacen que ella esté fuerte y bien, a pesar de su enfermedad. ¡Dios no nos deja nunca!

No menos mérito tiene todo lo que hace mi padre. Aunque de modo silencioso y sin expresarlo, sufre igual pero me apoya. ¡Dios les regale el Cielo a los dos porque se lo tienen merecido!

Tampoco puedo dejar de dar gracias por mi otra familia, mi Familia Religiosa. Es muy importante el apoyo que me dan mis superiores y la preocupación que tienen por nosotros. Y también mis compañeros de misión que me edifican con su ejemplo y sus ganas de seguir aquí a pesar de todo lo que pasa.

Bueno, ya me voy despidiendo. Pero antes quiero pedirles dos cosas:

1. Que no dejen de rezar por nosotros, por nuestra misión, por tanta gente que está sufriendo, por la paz no solo de Siria sino del mundo entero.

2. Que sean agradecidos con Dios por todo lo que nos da. No se queden en las pequeñeces y tonteras del mundo, en lo material, en lo que no llena el alma. Cuando tengan cualquier problema o dificultad sepan que hay otro que la está pasando peor, que hay otro que tiene dolores más grandes, que hay personas que sufren mucho más. Ofrezcan cada cosa de cada día por aquellos que más lo necesitan. Cuiden el alma, porque todo lo demás pasa… Como dijo tan hermosamente San Agustín: “Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”

Sepan que los quiero mucho y que los extraño un montón a todos, pero que estoy muy unida a ustedes por la oración. Mientras tanto, Familia mía, porque no nos separemos, llévenme en sus corazones, que en mi corazón los llevo. Dios los bendiga y María los proteja siempre…

¡Un fuerte abrazo hasta lo eterno! Celina. 
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Los invito ahora a posar nuestros ojos en la Palabra del Señor. Y al final de la misma, los invito a orar por todos nuestros hermanos que sufren allá a lo lejos,… por aquellos que sufren en soledad, lejos de sus familias. Y en especial, los invito a orar por todos los consagrados al Señor, para que el Señor los sostenga con su gracia (en realidad…, es un pedido que nos hace María Santísima desde Medjugorje, orar por los consagrados).


Carta I de San Pablo a los Corintios 1,1-9. Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús

En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. 
Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia
El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. 
Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor


Salmo 145(144),2-3.4-5.6-7. 
Día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar
.
¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza:
su grandeza es insondable!

Cada generación celebra tus acciones
y le anuncia a las otras tus portentos :
ellas hablan del esplendor de tu gloria,
y yo también cantaré tus maravillas.

Ellas publican tus tremendos prodigios
y narran tus grandes proezas.
divulgan el recuerdo de tu inmensa bondad
y cantan alegres por tu victoria
.


Evangelio según San Mateo 24,42-51. 
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo.
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si es un mal servidor, que piensa: 'Mi señor tardará', y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes


Los saludo con el aprecio de siempre, deseándoles lo mejor. Un pedido especial: hoy los invito a ofrecer nuestras oraciones por todos los consagrados Pobres Siervos, para que el Señor los bendiga, los fortalezca y los llene de su gracia. Un abrazo grande y hasta la próxima.

Titino