Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


miércoles, 23 de marzo de 2011

Jueves ... Día de Comunidad!!!

Queridos amigos, querida familia, feliz día!


Me adelanto un poco (un día, no es nada no?) lo que sucede es que el jueves no voy a estar cerca de una computadora y menos que menos de Internet (tampoco me voy de vacaciones, pienso trabajar en casa, aunque no lo crean). Pensaba mandarles un saludo vía celular, pero las lecturas no tienen desperdicio. Así es que, prefiero adelantarme un día para que degustemos juntos la Palabra de Dios.
Tal vez sean estos tiempos tan difíciles para la humanidad que, nos obligan a tomar decisiones, posturas, actitudes… si lo miramos con ojos humanos, está para preocuparse un poco (o mucho, no sé), pero si intentamos mirar la realidad desde otra perspectiva (con una mirada espiritual), no hay nada que temer. Nuestra confianza está puesta en un Padre bueno… y “nada ocurre de improviso, sin que El lo permita”, como dice D. Calabria.

“Mi flaca” me decía en estos días, con respecto al encuentro de marzo, que le daba la impresión que fue todo preparado por Jesús, “fue todo tan sencillo, tan armonioso, que se podía percibir su presencia, me dio la impresión que él lo había preparado así desde el principio”… Si tengo que agregar algo, es que (para mí), no solo el encuentro, sino toda nuestra vida está ordenada según su voluntad, todo es para nuestro bien (aún lo que parezca un contratiempo, o dificultad). Nos diría Jesús: “si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre de ustedes…”. Nuestra confianza debe residir en que “tenemos un Dios que es Padre”, y es un Padre bueno que nos ama, y que está buscando nuestro bien, más que nosotros mismos.

Confiemos. Oremos. Dirijamos nuestros pasos por la senda que Jesús nos trazó allá en Nazareth,… en nuestra amada Nazareth.



Libro de Jeremías 17,5-10.

Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!

El es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita.

¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.

Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo?
Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones.



Salmo 1,1-2.3.4.6.

¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche!

El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento.

Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal.




Evangelio según San Lucas 16,19-31.

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.
A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.

El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.

En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.

Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'.
'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.
Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'.
El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,
porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'.

Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'.
'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'.
Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'".



Comentario del Evangelio por Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad No hay mayor amor.

« Un pobre... estaba acostado delante del portal »

Cristo ha dicho: « Estaba hambriento y vosotros me habéis alimentado» (Mt 25,35). Estaba hambriento no solamente de pan sino también del afecto bondadoso que hace que se sienta amado, reconocido, que se sienta ser alguien a los ojos de otro. Ha estado desnudo no solamente de todo vestido, sino también de toda dignidad y consideración ya que la mayor injusticia cometida hacia el pobre es despreciarle porque es pobre. Estuvo privado no sólo de un techo...sino también de todas las privaciones que aguantan los que son encerrados, rechazados o excluidos errando por el mundo sin que no haya nadie que se preocupe por ellos.
Baja por la calle sin más propósito que eso. Mira este hombre, allí, en el rincón, y ve hacia él. Quizás se irritará, pero estarás allí, frente a él, físicamente. Debes manifestar la presencia que está en tí por el amor y la atención con los cuales te diriges a este hombre. ¿Por qué? Porque, para tí, se trata de Jesús. Jesús, sí, pero que no puede recibirte en su casa –- he aquí la razón por la que debes saber ir hacia él. Jesús, sí, pero oculto en la persona que está allí. Jesús, en el más pequeño de nuestros hermanos (Mt 25,40), no está solamente hambriento de un trozo de pan sino también de amor, de reconocimiento, de ser tenido en cuenta.



Los saludo con el aprecio de siempre, encomendándome a sus oraciones. Oremos los unos por los otros. Que Dios los bendiga, que nos bendiga a todos. Hasta la próxima.

Titino