Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


jueves, 22 de diciembre de 2011


Hola familia, feliz día de comunidad.

Quién lo diría, ya estamos en la antesala de la Navidad. Qué fiesta tan importante para nosotros. Es tiempo de gracia, es tiempo de centrar nuestra mirada en el Niño Dios. Es el tiempo de la familia, de la oración.

Este martes que pasó, en el grupo de oración compartí lo siguiente: «el sábado a la tarde vino a visitarme un amigo de la iglesia evangélica, quien días pasados perdió a su padre, y estaba muy triste. Hablamos largamente. Al verlo tan dolido, recordé lo que una vez el “bochi” me dijo cuando yo había perdido a mi papá (uds. entienden, perdemos a nuestros seres queridos acá, pero los ganamos como intercesores en el cielo); me pasó las citas bíblicas: Eclo. 41, 1-4 y Eclo. 38, 16-23 (en ese orden… la lectura de la Palabra de Dios fue un bálsamo en ese entonces para mí). Leí aquellas palabras a mi amigo que escuchaba con total atención, y me pidió que le escribiera en un papel las citas para leerlas nuevamente en su casa.

Me confió sus impresiones: “¿Sabés?, mi papá estuvo internado, sufría mucho; luego los médicos nos dijeron que lo lleváramos a casa, que ya no había nada más que hacer. Mis hermanas pusieron un cartelito en el Hospital pidiendo personal para cuidarlo a domicilio, ya que mi mamá no podía hacerlo sola (es una mujer grande) y a nosotros sus hijos se nos complicaba por los horarios laborales. Se presentó entonces una señora y realizó el cuidado estas dos últimas semanas; ella no cobró ni un centavo por el trabajo (le cambiaba los pañales, lo lavaba, lo ayudaba a cambiarse de posición con toda delicadeza porque estaba escarado…), vino todos los días de nueve a cinco de la tarde. Lo único que aceptó fueron las monedas para el pasaje y el plato de comida del almuerzo. Yo la veía cerca de la cama de mi papá, rezando con algo en sus manos (me pareció que era un rosario). Esta mujer había quedado viuda hace mucho tiempo atrás, y desde entonces hacía este tipo de trabajos (gratuitamente) para ofrecerlo al Señor. Me dijo que pertenecía a un grupo… legionario o algo parecido (la Legión de María)”.

Cuando llegué a este punto del relato, uno de los muchachos que escuchaba agregó: “esta mujer, no tiene idea de lo que transmite su testimonio, así en el silencio y el anonimato,… es precioso”.

Por mi parte, recién ahí comprendí el valor de este testimonio, es verdad. Mi amigo (el evangélico), al final de la visita, besó mi rosario (el de Medjugorje) y me pidió información para aprender a rezarlo.

Si no me equivoco esta mujer desconocida se llamaba Dora o Nora, no lo sé, sea cual fuere su nombre, yo se que es hija amada de María Santísima, y hace las cosas al estilo de ella, de nuestra Madre querida, en silencio, con humildad, escondida.

En la Lectura del Evangelio de hoy, contemplaremos también otra faceta de la propia María, de nuestra Madre amada, algo fundamental para nuestra vida, aparte de la caridad, la humildad y la sencillez: la oración del corazón, que tiene como centro a Dios nuestro Padre, el Bueno, el Providente. Sólo un corazón lleno de gracia, puede decir las cosas que Ella dijo, aunque sean palabras ya conocidas en el Antiguo Testamento. En sus labios suenan distinto, adquieren otro sabor.


Los dejo con la lectura de la Palabra de Dios.


Primer Libro de Samuel 1,24-28.

Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño.
Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí.


Ella dijo: "Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía.


Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él; para toda su vida queda cedido al Señor". Después se postraron delante del Señor.


Primer Libro de Samuel 2,1.4-5.6-7.8abcd.


Entonces Ana oró, diciendo: "Mi corazón se regocija en el Señor, tengo la frente erguida gracias a mi Dios. Mi boca se ríe de mis enemigos, porque tu salvación me ha llenado de alegría.


El arco de los valientes se ha quebrado, y los vacilantes se ciñen de vigor;
los satisfechos se contratan por un pedazo de pan, y los hambrientos dejan de fatigarse; la mujer estéril da a luz siete veces, y la madre de muchos hijos se marchita.


El Señor da la muerte y la vida, hunde en el Abismo y levanta de él.


El Señor da la pobreza y la riqueza, humilla y también enaltece.


El levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria; porque del Señor son las columnas de la tierra y sobre ellas afianzó el mundo.



Evangelio según San Lucas 1,46-56.


María dijo entonces:

"Mi alma canta la grandeza del Señor,

y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,

porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,

porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:

¡su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación

sobre aquellos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.

Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,

en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.



Los saludo con el cariño de siempre, deseándoles una FELIZ NAVIDAD! Que el Niño Jesús habite en nuestros corazones. Hasta la próxima. Un abrazo grande.

Titino