Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


martes, 22 de febrero de 2011

Noticias de P. Daniel

Les envio un resumen de lo que fuimos charlando en la asamblea para que como se decía en la misma esto no quede en letra muerta hasta el próximo año, sino para que personal y comunitariamente lo tengamos presente y lo podamos llevar a la práctica.
Recordemos que el P. Miguel nos insta a un continuo discernimiento para que nuestra vida consagrada pueda ser significativa.
Saludos y buen trabajo
P. Daniel



PLENARIO

Pertenencia:
Se destaco aquello que daña el sentido de pertenencia:
- No valorar la opinión del otro.
- Resalta siempre lo negativo, sin tener en cuenta el esfuerzo que hace o lo bueno que hay.
- Uniformizar los miembros de la comunidad, sin tener en cuenta las diferencias de dones o habilidades.
- Ver al hermano como un adversario, y no como alguien con el que se puede crecer.
- Tener los encargos como cargos, y no como misión para fortalecer la hermandad y la fraternidad.
Dificulta la pertenencia cuando vivimos el individualismo, apuntamos a la realización personal.
Hay que volver a lo esencial, mi ser como consagrado. El trabajo que hago no lo hago para sentirme bien, sino por Cristo y para el bien de la Obra.
Hay dos cosas que son difíciles de conjugar: la vida comunitaria y la actividad, hay que buscar un equilibrio.
El dialogo es importante, tenemos que aceptar que al presentar un proyecto personal a la comunidad, puede o no ser aceptado.
El PVC es una herramienta importante para el sentido de pertenencia.
Para vivir la pertenencia se necesita:
- El don de la fe, ver al hermano como don e hijo del mismo Padre.
- Las motivaciones siempre actualizadas.
- Tomar conciencia mas profunda de nuestra pertenencia a la obra, el por qué y el para qué de nuestra vida.
- Vemos que en general tenemos un espíritu de pertenencia, pero nos falta un poco mas de profundidad desde una nueva concientización.
El tema de la pertenencia pasa por un convencimiento de cada uno, de saber que este es mi camino de realización, de santificación, lo que me llevará a vivirla con alegría, con compromiso, en corresponsabilidad, que se manifestará luego en un buen testimonio de vida.
Por eso todos somos responsables de manifestar nuestro carisma con la vida (palabras y obras), en mi realidad cotidiana (COV, parroquia, obra social, etc).

Corresponsabilidad
La misión del hermano es la mía, su bien es mi bien. Lo bueno del hermano es de todos, y el error del hermano es de todos. No monopolizar individualmente las actividades de las que uno es encargado. Permitir que los demás puedan opinar o dar aportes, siempre para un bien.
Tener presente a Don Calabria: “Antes que nada considerarse como hermanos y como tales ayudarse”.
La corresponsabilidad es rezar juntos, ayudar, crear ambiente agradable para el hermano. Es comunicar todo, lo que vivimos, hacemos, etc. Es hacer ver al otro si está en buen camino y/o equivocado. También es dejarse ayudar de la misma manera.
Es mi responsabilidad la salud, la vida, la persona de mi hermano.
Soy responsable de mi comunidad porque yo mismo soy comunidad.
Es dar el primer lugar a la comunidad y después volcarse a las actividades.
La corresponsabilidad se vive desde las pequeñas cosas, con los pequeños gestos al hermano. También es abrirse a la Iglesia y a la Obra.
De la teoría a la práctica hay un camino grande.
El ideal sería una vida común compartida, dialogante, fraterna, en búsqueda constante de lazos de unión, de caridad. Ahora bien, esto no implica que dejen de luchar, perseverar y seguir procurando una vida mejor, al contrario, estamos en camino y en camino de santidad, en camino de seguir construyendo una vida comunitaria más dialogante y fraterna.

Deseos de mayor radicalidad carismática
Asumir la paternidad de Dios, somos todos hermanos.
Vivir esto en lo cotidiano, no sólo en los momentos extraordinarios.
Cada cual tiene que exigirse más en la fidelidad y en el esfuerzo de crecer en el conocimiento de la espiritualidad.
¿Cómo vamos a testimoniar que Dios es Padre si no vivimos como hermanos?
Este deseo de radicalidad carismática la tenemos que cultivar en el día a día, teniendo la mirada puesta en nuestro “norte” Jesucristo. Y aprovechar todos los medios como ser la oración, comunidad, dirección espiritual, etc.
El carisma abarca la consagración, la comunión, la misión. Quien trata de vivir con un convencimiento radical, con corresponsabilidad, hará que su testimonio diga mil palabras.
Propuestas: Convencerse de que este es mi camino de santidad y que ésta es la familia en donde me consagré. No buscar fuera lo que tengo dentro. Buscar caminos juntos de diálogo, de cercanía fraterna, de compromiso y corresponsabilidad con el otro.

Interés por la formación permanente
Es fundamental para purificar las propias convicciones religiosas/cristianas. Debe ser una búsqueda necesaria para cada uno. Se propone que en cada comunidad un hermano prepare un tema de interés general y lo exponga a los demás.
No podemos decir que no tenemos tiempo para leer, en todo caso debemos hablar de “administrar el tiempo”.
La época nos exige formación permanente, para poder dar una respuesta más coherente.
Se necesita una formación integral, humana, intelectual, espiritual.
Leer artículos de vida religiosa, ayuda a mantenernos adecuadamente.
La formación se da en el día a día, además de los momentos sistemáticos.
Tenemos que actualizarnos constantemente.
Los medios de comunicación ayudan para la formación permanente si los sabemos utilizar con criterios claros.
Ver: Hay hermanos sin motivaciones, estáticos, con poco interés por formarse, como así también un mal uso de los medios de comunicación.
Juzgar: Se hace importante la formación permanente, que sea integral.
Actuar: Aprovechar mejor los medios que tenemos. Implica responsabilidad en el uso de los medios que tenemos, internet, cursos, oración, vida de comunidad, etc.

Apuesta por la familiaridad y unidad congregacional
Proyecto común, compromiso de testimonio y crecimiento.
Proponer espacio propio para la comunidad, más allá de las reuniones, espacios de expresión afectiva.
Si sólo se valora al hermano por el trabajo se desvaloriza su persona.
Tratar de hacer los proyectos juntos, fortaleciendo así la calidad humana.
En lo afectivo nos falta sinceridad, tenemos nuestras máscaras, vergüenza de hablar.
Es importante saber escuchar.
Valorar los pequeños signos y detalles.
Es necesario que en nuestras reuniones comunitarias hablemos más de nuestras vidas, estados de ánimos, de nuestros sentimientos, etc, para después tocar temas programáticos.
Es necesario que seamos más optimistas, ver las cosas buenas y alabarlas, sea en lo personal o comunitario.
Es lindo expresar más nuestros propios sentimientos y afectos.
Admiramos el celo apostólico, los arduos trabajos y entregas cotidianos de muchos hermanos, pero vemos la necesidad de cultivar más la familiaridad, es saber “estar” juntos con tiempos disponibles.
Conservar equilibrio entre vida fraterna y las actividades y compromisos personales.
Revisar nuestros PVC para que los proyectos personales se integren a las opciones comunitarias.

Propuestas:
- Buscar devolver la confianza en las relaciones interpersonales, el respeto y la aceptación del hermano, debilidades y dones.
- Dar espacios comunitarios para que se fortalezcan los lazos fraternos.
- Priorizar la vida común sin dejar la dimensión evangelizadora.

Restaurar la comunidad
Vivir la hospitalidad con los hermanos es bueno, ahora cuando se trata de vivir todos los días con los hermanos que están en la casa, cuesta un poco mas.
Hay que cuidar las relaciones cotidianas del día a día.
Buscar acuerdos en las decisiones comunitarias.

Proponemos:
Crear espacios para rezar juntos, para conocernos, crecer, tener salidas juntos, etc.
Dialogar mas, disponer de buena voluntad, ser sinceros, hacer caminos de encuentro.
El rol del superior es prioritario, tiene que ayudar a que los hermanos hablen.
Es necesario volver a ver al hermano con un don de Dios y trabajar más nuestras áreas humanas como lo sicológico, lo afectivo, historia y otras. Para poder descubrir la persona de mi hermano, cual es su situación personal, y así también darnos a conocer.
Reelaborar y valorar nuestros PVC, compartir en comunidad la Lectio Divina.
Crear momentos de gratuidad para compartir la vivencia de cada uno.

Proponemos: Queremos que en nuestras comunidades los llaneros solitarios se bajen de los caballos, tanto en el pensar como en el actuar, y vivir la cercanía, la preocupación, la responsabilidad por los hermanos.

Disponibilidad para acudir en situaciones de emergencias
Manifestar la disponibilidad para el cada día, no solo para momentos especiales.
Proponemos:
- Demostrar disponibilidad en aceptar, asumir y en lo posible ayudar ante situaciones de emergencia.
Tener siempre presente el intuito opere, buscar el bien de la obra y estar con la obra.
- Aprender a ser más humildes y saber pedir ayuda en situaciones difíciles, sea en trabajos pastorales, como también ante dificultades personales (vocacionales).
- Estar disponibles para discernir si nuestras estructuras y pastorales no están poniendo en riesgo la vocación y la salud de nuestros hermanos.
- Que la comunidad no espere una situación que desborde para actuar, que lo haga antes.

El perdón y la reconciliación
Proponemos:
- Antes de hablar de un hermano, conocerlo y comprenderlo.
- Estar siempre abierto al dialogo.
- Creer que el otro puede hacer un camino de cambio.
- No caer en los preconceptos.
- Volver a practicar en nuestras comunidades la corrección fraterna.
- Tener una mirada de fe que lleva al dialogo fraterno, basada en la humildad.
- Promover medios para conocerse mutuamente.


Ser escuelas de espiritualidad
Aparte de dar cosas materiales en nuestras comunidades, también podamos entregar y compartir nuestra espiritualidad.
Transparentar más la necesidad de búsqueda de Dios.

Proponemos:
- Que demos testimonio de vida, que nos vean rezando, no solo trabajando.
- Que vivamos el carisma y sus consecuencias al pie de la letra, en nuestro de vestir, de ser.
- Nuestras casas deben ser cuidadas, para cuidar en ellas un clima de oración y recogimiento.
- Para ser escuela tenemos que tener oración personal y comunitaria. Vivir nuestra espiritualidad y así ayudar a los demás.
- Fortalecer más nuestra creatividad y dinamicidad para responder a las nuevas manifestaciones de sed de Dios.
- Revisar nuestros horarios y estructuras comunitarias, para ver si dan espacios para ser una escuela de espiritualidad, no sólo interna sino para la gente de afuera.
- Valorizar nuestra espiritualidad, que es una riqueza muy grande que debemos compartir más con la gente. Ejs. la providencia, la disponibilidad, el espíritu de familia, la paternidad de Dios, etc.
- Crecer en el equilibrio entre el hacer y la vivencia comunitaria.


Preocupación e implicancia en la pastoral juvenil y vocacional
Crear en nuestras comunidades espacios adecuados de escucha y aceptación juvenil.
Dejarse condicionar por los jóvenes, y gastas tiempo con los jóvenes.
Crear tiempo para estar con los jóvenes.
Buena vida comunitaria, dar testimonio y motivar a las vocaciones.

Proponemos :
- Seguir con la apertura de nuestras casas para jóvenes.
- Profundizar más la cultura juvenil, sus paradigmas.
- Aprovechemos, que en la delegación, tenemos muchos jóvenes y muchos adultos (religiosos) abiertos a estas actividades.
- Utilicemos los medios masivos de comunicación, para contactarnos con los jóvenes.
- No desesperarnos y seguir trabajando. Buscar las formas, medios e instrumentos que nos acerquen a los jóvenes.
- Que la promoción vocacional lo realicen desde el COV, pero también todos los religiosos que están en las distintas comunidades, y en las distintas actividades.
- Teniendo en cuenta la intención del Consejo General, y la preocupación de nuestra Delegación sobre la creación de una casa de estudios internacionales, proponemos dado los movimientos y actividades varias de Buenos Aires, trasladarla para Montevideo, por la cercanía del centro de estudio.
- Menos reuniones para cerrar, abrir, ampliar obras y más encuentros para decidir y acompañar los hermanos que se encuentran en situaciones especiales.
- Evitar el slogan: “Siempre fue así”, y despertar la conciencia de ver cada uno en su momento formativo y vital.
- No tener miedo de encantarse por la novedad que surge de la construcción de lo distinto, destruyendo así los muros que nos hacen crear dos mundos: juvenil y adulto, donde cada uno se mira con desconfianza.
- Desnudémonos para revelar lo que somos y conocer al otro para realizar el grito de nuestro fundador: “Mírense como hermanos, creando una sola familia”.

Ser visibles a fuerza de ser legibles
- Ser conscientes e ir recuperando la belleza de nuestro carisma.
- Testimoniar nuestra vida consagrada y el carisma a través de una vida sencilla, simple y servicial.
- Releer la historia de la congregación para encontrar testimonios de hermanos que vivieron radicalmente el carisma.
- Para ser visible, además de la vestimenta, cuidar el trato personal, tener caridad, etc.
- Estar convencidos de nuestro ideal como consagrados para dar testimonio convincente.
- Revitalizar nuestras vivencias comunitarias, basadas en el amor.
- Cultivar más la confianza en los hermanos, porque hay vivencias que no son legibles en nuestra vida personal y/o comunitaria.
- No quedarnos en la externo.

Apertura a la eclesialidad e intercongregacionalidad
- Colocar en nuestra agenda como una actividad importante para nuestro crecimiento como consagrados los encuentros con la Iglesia local y con la vida consagrada del lugar.
- Tratar de no evitar las reuniones.
-No ser ni promover los capillismos, sino abiertos a toda la Iglesia.
- Estar en sintonía con la Iglesia y otras congregaciones.
Evitar el aislamiento, ni creernos superman.


Inquietud Misionera
- Salir al encuentro de los hermanos, de la gente. Superar la pereza, el comodismo, la indiferencia frente a la necesidad de Dios.
- Estar enamorado de Dios para poder anunciarlo.
- Que nuestro anuncio refleje la realidad de vida de la comunidad.
- Si se tiene una misión, que esta sea hecha con alegría.

Apoyo a propuestas de nuevas experiencias de vida consagrada
- Descubrir las riquezas carismáticas, pastoral, de las demás congregaciones que puedan brindarnos luz y herramientas nuevas para nuestra misión.
- Mirar la realidad, y tomar nuevas estrategias para la tarea.
- Evitar la consabida frase: siempre se hizo así.
- Ser abiertos a las novedades de la época.

Mirada abierta y encarnada
- Lanzar nuevas propuestas para animar nuestra vivencia como consagrados y nuestra misión. Luego rezarla, consultarla y compartir.
Informarnos y formarnos sobre temas actuales para tener instrumentos apropiados para nuestra misión.
- Tener la mirada abierta, pero también claro cuáles son los elementos fundamentales que no deben cambiar.
Sintonizar más con los nuevos signos de pobreza.