Hola familia, feliz día de comunidad.
El Evangelio de hoy es impactante, por la sencillez de la situación y por lo profundo de su mensaje.
He encontrado una homilía del Papa Francisco respecto a ello y se las transcribo literalmente. Lo tomé prestado del sitio EVANGELIO DEL DIA.
Homilía del 14/04/2013- Copyright © Libreria Editrice Vaticana - "Navega mar adentro, y echen las redes"
« El anuncio de Pedro y de los Apóstoles no consiste sólo en palabras, sino que la fidelidad a Cristo entra en su vida, que queda transformada, recibe una nueva dirección, y es precisamente con su vida con la que dan testimonio de la fe y del anuncio de Cristo… Pero esto vale para todos: el Evangelio ha de ser anunciado y testimoniado. Cada uno debería preguntarse: ¿Cómo doy yo testimonio de Cristo con mi fe? ¿Tengo el valor de Pedro y los otros Apóstoles de pensar, decidir y vivir como cristiano, obedeciendo a Dios?
Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un gran mural hay variedad de colores y de matices; pero todos son importantes, incluso los que no destacan. En el gran designio de Dios, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad. Hay santos del cada día, los santos «ocultos», una especie de «clase media de la santidad»… de la que todos podemos formar parte.
Pero en diversas partes del mundo hay también quien sufre, como Pedro y los Apóstoles, a causa del Evangelio; hay quien entrega la propia vida por permanecer fiel a Cristo, con un testimonio marcado con el precio de su sangre. Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras.»
…
Los dejo con las lecturas de hoy.
Carta de San Pablo a los Colosenses 1,9-14.
Por eso, desde que nos enteramos de esto, oramos y pedimos sin cesar por ustedes, para que Dios les haga conocer perfectamente su voluntad, y les dé con abundancia la sabiduría y el sentido de las cosas espirituales.
Así podrán comportarse de una manera digna del Señor, agradándolo en todo, fructificando en toda clase de obras buenas y progresando en el conocimiento de Dios.
Fortalecidos plenamente con el poder de su gloria, adquirirán una verdadera firmeza y constancia de ánimo,
y darán gracias con alegría al Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos.
Porque él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido, en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados.
Salmo 98(97),2-3ab.3cd-4.5-6.
El Señor dio a conocer su salvación,
hizo ver a los paganos su justicia,
se acordó de su amor y fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamen al Señor, toda la tierra,
estallen en gritos de alegría!
¡Canten con la cítara al Señor,
con la cítara y al son de la salmodia,
al son de la trompeta y del cuerno
aclamen el paso del Rey, el Señor!
Evangelio según San Lucas 5,1-11.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".
Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres".
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Los saludo con el aprecio de siempre, rogando a Dios que nos bendiga junto a todos nuestros seres queridos. Les deseo lo mejor. Un abrazo y hasta la próxima.
P. D. Les recuerdo que el Papa Francisco hizo un llamado profundo para unirnos como hermanos este sábado venidero para tener un día de AYUNO y ORACIÓN en búsqueda de la PAZ para SIRIA, y para el mundo entero. Ha llamado a todos los hombres de buena voluntad (más allá de la religión que profesen).
Hay ciertos demonios, como el demonio de la guerra, del hambre, de la violencia, de las catástrofes y calamidades, que solo se vencen con ayuno y oración. El secreto es que se deben hacer los dos a la vez AYUNO y ORACIÓN. María en Medjugorje propuso desde hace algunos años atrás el ayuno a pan y agua, acompañada de oración (dos veces a la semana: miércoles y viernes).
El demonio se hizo muy fuerte en estas últimas décadas porque la Iglesia dejó casi de lado, fue olvidando, el ayuno. Pero qué hermoso que el propio Papa comienza a recordarnos lo valioso e importante que es para la vida cristiana.
Hay un viejo escrito de la Iglesia llamada DIDACHÉ (DIDAJÉ) DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES, que es del año 90 de nuestra era, donde la Iglesia dejó sentado por escrito lo siguiente: “Cap. VIII - 1. Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan el segundo y el quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad el cuarto día y el viernes”. Es decir, que los primeros cristianos ayunaban dos días a la semana (los miércoles y viernes).
Debemos ganar la paz para la humanidad, pero primero debemos ganarla para nuestro corazón.
El sábado es vísperas de la Natividad de María. Es una buena ocasión de homenajearla con el rezo del Santo Rosario… y el ayuno.
El domingo es la colecta MÁS por MENOS. La Iglesia nos invita a colaborar. El punto 7 de la DIDACHÉ, dice así: “No tardes en dar, ni des con pesar; pues sabes quien es el que recompensa con sueldo bueno”.
Les deseo un buen sábado de ayuno y oración y un gran domingo de limosna (recordando que el Señor no se fija en la cantidad de la donación... sino el corazón que lo ofrece).
Titino
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