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Hay mucho por decir en el día de hoy. Todavía tengo aire de Nazareth en mis pulmones. Cuánta emoción que se renueva en cada encuentro. Todo es grande en Nazareth.
Perdonen el atrevimiento, pero haré un breve resumen de lo acontecido en Reconquista (espero que alguien más se anime y complete lo que escribo aquí).
El domingo a la mañana (arranco con el domingo, porque la previa del sábado ya la escribió Santiago, y es inmejorable) comenzamos el encuentro con una charla brindada por Elvio y su esposa, de los hnos. externos de Avellaneda. Ellos han dado testimonio de la providencia vivida en familia y con los demás matrimonios. Nos han enriquecido con su presencia y sus palabras sabias y prudentes.
El segundo momento de la reunión estuvo a cargo de P. Juan Finozzi, quien narró los inicios de Casa Nazareth, de cómo llegaron con P. Martín a Reconquista, cómo fueron recibidos, etc. y muchas otras anécdotas de los primeros tiempos. La narración era matizada con mucho humor, cosa que celebramos a carcajadas.
El tercer momento, el momento fuerte del encuentro giró en torno a la Eucaristía. Todos alrededor de Jesús. P. Rubén fue el celebrante de la Sta. Misa. Nuestras voces y nuestros corazones se unieron una vez más para alabar y bendecir a nuestro Señor. Imagino que en el cielo se unían a nosotros todos nuestros seres queridos que nos precedieron. Este año tuvimos la partida a la Casa del Padre de muchos familiares, tanto en Reconquista como en Buenos Aires. D. Calabria decía que “cuando perdemos un amigo (hermano, padre,…) en la tierra, ganamos un intercesor en el cielo”. No es poco lo que pensaba el santo en estas ocasiones. A mí me consuela en el dolor.
El cuarto momento giró en torno a la otra mesa. Una mesa fraternal, como en los viejos tiempos. El asado condimentado por la charla informal, los recuerdos… las ideas… las nuevas propuestas…
Entre el asado, la sobremesa y la caminata habitual por la cancha, se concretaron algunos temas charlados previamente entre el sábado y el domingo. A decir verdad, las mejores ideas surgen en los momentos menos pensados, entre mate y mate, entre cerveza y cerveza …
Los puntos que se fijaron serían los siguientes:
· Se modifica la fecha del encuentro en Nazareth. En octubre se superponen para el mismo día diferentes actividades importantes: celebraciones varias por S. Juan Calabria en distintas comunidades; la pesca del Surubí en Reconquista (y varios de los nuestros trabajan en ese evento); Comuniones; Confirmaciones, etc. El próximo año se aprovecharía el feriado de carnaval, o sea, el domingo previo al feriado (creo que sería el 4 de marzo, lástima que no tengo un almanaque a mano). Veámoslo así: la sociedad festejará al rey Momo, nosotros nos reuniremos en torno a otro Rey: Jesús de Nazareth y su siervo amado: D. Calabria.
· El próximo encuentro sería con nuestras familias. Es decir, incorporar a nuestras familias al encuentro. Esto nos ayudaría a crecer espiritualmente viviendo en familia toda la espiritualidad nazarena en nuestros hogares. En la primera charla los hermanos externos, nos decían que: “los chicos son los más sociables, una vez que se conozcan y que jueguen entre ellos, para el próximo encuentro ellos mismos nos dirán `pá, má, mirá que tenemos que ir a la reunión eh´. Serán ellos quienes nos recuerden nuestras obligaciones, serán ellos quienes nos empujarán”. Y hay tanto para agregar en este punto.
· Crecimiento espiritual vía mail. P. Rubén y un súper equipo de lujo de Reconquista, elaborarán para gozo nuestro y de nuestras familias, una serie “folletos espirituales”, “lectio divina nazarena”, “epístolas apostólicas”, en fin, no sé como llamarlas, una especie de guía espiritual virtual cada dos meses (+ ó -), o cada dos días no recuerdo bien (es broma padre, no te asustes).
Bueno, hasta aquí llegó mi alma. Hay tanto por decir, pero el tiempo es tirano. Espero que lo amplíen uds. ahora.
Este viaje y este encuentro fue tan hermoso para mí, lo viví a pleno, cada momento, cada día. Los postulantes que están en la Casa, junto a P. Rubén, ese gran hermano Rodrigo, la humildad de todos ellos, su alegría… hay tanto por agradecer. Ni qué hablar de los queridos nazarenos del norte de Santa Fe. A pesar de no haber pasado por Nazareth en el mismo período, es como si los conociera de toda la vida. Qué gente santa: Coco, Santiago, Walter, Sergio Pagura, y los que ya conocía (no menos santos): Miguelito, Sergio Menapace, Ricardito Saurín, Hori. Puedo decir, y creo que Horacio comparte conmigo, nos sentimos en familia, cada vez que nos vemos es un encuentro especial. Y hay tantos otros santos varones que no pudieron concurrir esta vez, pero estoy seguro que en Marzo o en algún otro momento nos podremos ver nuevamente.
Saben? Tanto en Reconquista como en Buenos Aires veo que cada uno de nosotros está atravesando por diferentes problemas,… No tengo respuestas para los inconvenientes que tenemos. Ante las dificultades que experimentamos, cada uno con su propio dolor, me atrevo a presentarles un breve pensamiento de D. Calabria: «Hay días felices, y días tristes, de prueba, de dolor para todos; permanezcamos unidos: son pruebas de la misma familia.» (D. Calabria – “La Palabra del Padre”)
Ésta es la clave: “permanezcamos unidos”, a pesar de todo, en la forma en que podamos hacerlo: permanezcamos unidos en un mismo espíritu, en la oración, en esa comunicación –aunque sea breve- de celular o mail, permanezcamos unidos, somos familia. Y recordemos que “un hermano ayudado por un hermano, es una ciudad fuerte”, nos dice la Palabra de Dios.
Cambiando un poco el tema, ayer participamos de la Sta. Misa por el Bochi, Eldo y Germán en la Pquia. “Laura Vicuña” (cerca de lo del bochi). Junto a los familiares de Silvio, pudimos participar: Hori, Martín Benítez, Antonito Pérez y yo. Luego de la celebración compartimos con la flia. de Silvio una comida, allí nos reunimos con familiares y amigos, también participaron el Párroco P. Alberto, y un Consagrado de los Oblatos de María (con quienes el Bochi trabajaba en los encuentros matrimoniales). Lo recordamos como a él le hubiese gustado: con alegría, rememorando sus ocurrencias (que no eran pocas). Hubo lágrimas pero también risas, fue un encuentro de alegría.
Termino ya con esta “breve introducción” y vayamos a lo nuestro, la Palabra que nos da vida, que nos reconforta, que nos consuela, que nos alimenta:
Carta de San Pablo a los Efesios 1,1-10.
Pablo, Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, saluda a los santos que creen en Cristo Jesús.
Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento.
El nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo.
Salmo 98(97),1-6.
Salmo. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey.
Un abrazo enorme. Que se cumpla la bendición de S. Pablo: …“Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo”, que nos llegue a todos. Hasta la próxima.
(ALGO QUE NOS HABIA QUEDADO SIN PUBLICAR!!!)
11-10-10
Hola muchachos,
Bendigo a Dios por todo lo compartido, por todo lo charlado, por todo lo bebido… el agua mineral digo, uds. lo saben. Y por esa forma tan particular con la que nos tratan cada vez que nos encontramos.
Vine muy reconfortado por la perseverancia de Uds. Cuánto bien me hizo haber participado del encuentro. Me siento fortalecido.
No puedo aguantar hasta el Jueves. Uds. no saben la alegría que tengo, el Señor nos ha llamado a vivir de acuerdo a la espiritualidad de Don Calabria: “los pocos harán lo mucho”. Siento la llamada de Jesús como en los primeros tiempos a sus discípulos; a él no le interesó nunca las capacidades de los que llamaba (si eran pocas o muchas), en nuestro caso, él cree que podemos, y eso basta. Su elección es gratuita, nos ama, así como somos en este momento y no nos está pidiendo que seamos mejores (igual, su gracia nos hará mejores al final), sólo tenemos que responder a su llamado, y ya lo hemos hecho. En el rostro de cada uno de uds. vi serenidad, firmeza y alegría. Cuánto consuelo: Bendito sea el Señor!
Me conmovió haber contemplado cómo el Espíritu actúa utilizándonos a cada uno, cómo hubo sintonía en el transfondo del encuentro. De a poco voy comprendiendo la visión tan amplia y tan actual de D. Calabria. En el grupo de ex alumnos, no podían faltar nuestras familias… qué hermoso. Tal vez esa sea la clave de nuestro crecimiento espiritual. No se trata de imponer cuestiones o pensamientos a nuestras familias, sino de compartir aquella riqueza que hemos recibido en Nazareth, creo que se trata de llevar a Nazareth a nuestros hogares (Nazareth con todo lo que ello implica) la fraternidad, la confianza, la sencillez, la alegría, la oración: Jesús mismo conviviendo en familia, compartiendo las charlas, el almuerzo y nuestras preocupaciones, riendo de nuestros chistes y de las ocurrencias de nuestros hijos… en fin (Bueno, les aclaro que no me tomé ningún vino ni cerveza, ni nada, ni siquiera agua mineral, les aclaro porque después de releer lo que estoy escribiendo…).
Recién vino Horacio y tomamos unos mates, y aquí estoy (sí Walter, estoy escribiendo en casa y mañana temprano se los estoy enviando, si Dios quiere. Te pido un favor, imprimí esta nota y dásela a Carlos, pero cuando no esté trabajando en alturas, ja ja). Para el jueves, intentaré enviar fotos en archivos adjuntos (hasta que aprenda a usar el Picazza, se escribe así?).
Miren muchachos, este estofado lo cocinamos entre todos, sin dudas uds. serán inspirados para ampliar este punto y mejorarlo. Don Calabria tenía una visión extraordinaria para acercarnos al Señor con una espiritualidad toda particular. Oremos, pidamos luz, compartamos el pensamiento: “todo es grande en la Obra de Dios”. No dejen de escribir, de compartir lo que ven.
El viaje de vuelta fue bueno; hablamos mucho de todo lo vivido. Nuevamente nos detuvimos con Horacio en el lugar del accidente, y oramos en silencio.
Nos mantenemos unidos en oración y en el mismo espíritu. Un abrazo grande, que Dios nos bendiga. Gracias, gracias a todos. Hasta el Jueves.
Titino
