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San Nicolás, provincia de Buenos Aires - Viernes 25 Sep 2015
Una multitud participó en San Nicolás de la fiesta por los 32 años del acontecimiento mariano en esta ciudad bonaerense, donde el obispo local, monseñor Héctor Cardelli presidió la misa central de la jornada.
La manifestación de fe, que comenzó a la hora cero con fuegos de artificio y el canto del feliz cumpleaños a la Virgen, llevó por lema “Madre protege y bendice a nuestra familia” y tuvo su momento culminante esta tarde con la procesión con la imagen religiosa.
En su mensaje a los fieles, monseñor Cardelli reflexionó sobre el pasaje de la Anunciación y el «sí» de María para recibir al Hijo de Dios. El prelado dijo que María “es la aurora de la salvación y esa fidelidad a la Palabra meditada se convierte en vida nueva, dando a luz al redentor del mundo”.
Monseñor Cardelli invitó a los fieles a agradecer la presencia de la Virgen María en San Nicolás. “Este es un lugar de gracia, elegido por María, para que sintamos que Ella no pertenece al pasado, sino que nos acompaña en el peregrinar de nuestra vida, para que yendo al encuentro con Jesús, se concrete en nosotros la sintonía con sus criterios y sentimientos y podamos reproducir su imagen, como hijos en el único hijo de Dios”, dijo.
El obispo de San Nicolás de los Arroyos observó que conocer cómo piensa Jesús y cuáles son los sentimientos de su sagrado corazón para descubrir el verdadero camino de la vida cristiana. Sostuvo que, al alejarse del encuentro con Jesús, el hombre “se contagia de los criterios del mundo, naturaliza el mal y obra en consecuencia”.
En cambio, el celebrante consideró que, en el encuentro con Jesús, sus criterios y sentimientos ayudan a contrarrestar los efectos destructores del pecado. El hombre, explicó el prelado, se embebe de celo misionero por llevar la Buena Nueva a los que están lejos, y asume el compromiso de compartir los bienes o darle función social a fin de restaurar la justicia.
El obispo también llamó a vivir con respeto por el medioambiente, la casa común, sin arruinarla para provecho propio y en función del egoísmo; y cultivar sentimientos de misericordia, como el perdón, la reconciliación, el amor de comunión y la fraternidad solidaria.
“El nuevo orden mundial debe ser contrarrestado por el nuevo mundo ordenado según el creador”, sentenció el obispo, quien terminó afirmando que “María nos convoca, nos acompaña y nos aconseja permanentemente para que nos decidamos a vivir según el Evangelio y adelantemos la alegría del Reino en este hoy tan necesitado y deseoso de alcanzarlo”.
La manifestación de fe, que comenzó a la hora cero con fuegos de artificio y el canto del feliz cumpleaños a la Virgen, llevó por lema “Madre protege y bendice a nuestra familia” y tuvo su momento culminante esta tarde con la procesión con la imagen religiosa.
En su mensaje a los fieles, monseñor Cardelli reflexionó sobre el pasaje de la Anunciación y el «sí» de María para recibir al Hijo de Dios. El prelado dijo que María “es la aurora de la salvación y esa fidelidad a la Palabra meditada se convierte en vida nueva, dando a luz al redentor del mundo”.
Monseñor Cardelli invitó a los fieles a agradecer la presencia de la Virgen María en San Nicolás. “Este es un lugar de gracia, elegido por María, para que sintamos que Ella no pertenece al pasado, sino que nos acompaña en el peregrinar de nuestra vida, para que yendo al encuentro con Jesús, se concrete en nosotros la sintonía con sus criterios y sentimientos y podamos reproducir su imagen, como hijos en el único hijo de Dios”, dijo.
El obispo de San Nicolás de los Arroyos observó que conocer cómo piensa Jesús y cuáles son los sentimientos de su sagrado corazón para descubrir el verdadero camino de la vida cristiana. Sostuvo que, al alejarse del encuentro con Jesús, el hombre “se contagia de los criterios del mundo, naturaliza el mal y obra en consecuencia”.
En cambio, el celebrante consideró que, en el encuentro con Jesús, sus criterios y sentimientos ayudan a contrarrestar los efectos destructores del pecado. El hombre, explicó el prelado, se embebe de celo misionero por llevar la Buena Nueva a los que están lejos, y asume el compromiso de compartir los bienes o darle función social a fin de restaurar la justicia.
El obispo también llamó a vivir con respeto por el medioambiente, la casa común, sin arruinarla para provecho propio y en función del egoísmo; y cultivar sentimientos de misericordia, como el perdón, la reconciliación, el amor de comunión y la fraternidad solidaria.
“El nuevo orden mundial debe ser contrarrestado por el nuevo mundo ordenado según el creador”, sentenció el obispo, quien terminó afirmando que “María nos convoca, nos acompaña y nos aconseja permanentemente para que nos decidamos a vivir según el Evangelio y adelantemos la alegría del Reino en este hoy tan necesitado y deseoso de alcanzarlo”.
