Un Recuerdo Muy Especial!!!

Un recuerdo Muy Especial !!!

2008 - 13 de octubre - 2016


Recordemos en este Sitio muy especialmente a nuestros hermanos que ya partieron para la "Casa del Padre".

Siempre recordaremos sus sonrisas, el buen humor, "las pescas", "los asados", el amor a Dios y el compromiso constante con el hermano necesitado.

Estamos seguros que desde el Cielo ellos interceden ante Dios por cada uno de nosotros, que caminamos esperanzados en encontranos nuevamente para compartir tantos momentos inolvidables.


... German Merlino, Eldo Yoris y Silvio Bejarano ...

Hasta siempre Hermanos!!!!!


domingo, 28 de febrero de 2010

Terremoto en Chile - 2

De la Página Italiana:

Delegazione Maria Inmaculada

"DEVASTANTE TERREMOTO A CONCEPCION-CILE


STANNO TUTTI BENE i nostri confratelli (don José Zilli, don Giancarlo Renso, don Oscar Barreto, fr. Jorge Conti) della Comunità di Concepcion colpita da un devastante terremoto.


La notizia è stata data dal nostro confratello Jorge Conti che per pochi minuti è riuscito a mettersi in contatto con i famigliari in Uruguay.


I danni materiali sono enormi e molte delle nostre strutture sembrano essere state coinvolte. Purtroppo al momento attuale non abbiamo notizie certe sui più di 300 bambini che appartengono al progetto di adozione a distanza.
Data l'entità devastante del sisma facciamo appello a tutti per un impoegno alla preghiera e per l'aiuto materiale."



"Acá va una traducción hecha con ayuda del Google"

Devastador terremoto en Concepción-CHILE

ESTAN TODOS BIEN nuestros hermanos (P. José Zilli, P. Giancarlo Renso, el P. Oscar Barreto, Hno. Jorge Conti) de la Comunidad de Concepción afectada por un terremoto devastador.

La noticia fue dada por nuestro Hermano Jorge Conti, que durante unos minutos fue capaz de ponerse en contacto con la familia en Uruguay.

Los daños materiales son enormes y muchas de nuestras estructuras parecen haber estado relacionadas.

Desafortunadamente en la actualidad no tenemos información definitiva sobre más de 300 niños que pertenecen al proyecto de apadrinamiento de niños.

Dada la magnitud del devastador terremoto hacemos un llamado a todos a la oración y la ayuda material.

Terremoto en Chile

Queridos Hermanos:

"Todos ya sabemos del terremoto en Chile.

Desde tempranas horas de la mañana estoy intentando comunicarme y saber noticias de los Hermanos de allá, pero las lineas están colapsadas, asi que ni el teléfono, ni los celulares y menos el correo electrónico en estos momentos están funcionando.

Apenas tengamos alguna noticia se la haremos saber. También les pido que si ustedes saben algo por favor avisen.


A las Comunidades que estén cerca de los familiares de los Hermanos que se encuentran por allá le pido que se comuniquen con los mismos para llevarle tranquilidad y estar unidos en la oración.

Creo que en la Ciudad del Niño no hay mayores problemas, ya que el tipo de construcción es de madera liviana lo que no puede ocasionar mayores daños.


Quedamos comunicados."

P. Daniel

lunes, 22 de febrero de 2010

Robo en Paraguay

"Hoy a la tarde (domingo 21/02) me comunicaban que los hermanos de Ocampos han sufrido un robo. En horas de la mañana mientras ellos fueron a las misas, entraron a la casa y se llevaron varias cosas de valor. A la tarde me comuniqué con los hermanos, que como imaginarán están todavía con toda la impotencia por lo que ha pasado.

Acompañemosle con la oración, la cercanía y si alguien quiere o puede con alguna ayuda material también, ya que se llevaron hasta la última moneda que tenían.
En Cristo"

P. Daniel

jueves, 18 de febrero de 2010

Mensje del Santo Padre BenedictoXVI para la Cuaresma 2010

« La justicia de Dios se ha manifestado
por la fe en Jesucristo » (cf. Rm 3,21-22)


Queridos hermanos y hermanas:

Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).


Justicia: “dare cuique suum”

Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).


¿De dónde viene la injusticia?

El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?


Justicia y Sedaqad

En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?


Cristo, justicia de Dios

El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).

¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.

Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.

Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.

Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.
Vaticano, 30 de octubre de 2009


BENEDICTUS PP. XVI

Reflexiones sobre la Cuaresma

CUARESMA
Por Rita Moran

¿Que es la Cuaresma? ¿Como debemos los cristianos prepararnos a la gran fiesta de la Pascua? ¿Que hacer en la Cuaresma?
Es el tiempo de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo, viviendo una serie de actitudes cristianas que nos hagan semejantes a Jesús.
Es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna, arrojando de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia y los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.
Es el tiempo de prepararnos para la celebración de la muerte y Resurrección de Cristo, siendo el objetivo la purificación de nuestras mentes y corazones para poder hacer la voluntad de Dios.
Es el tiempo de volver la mirada al Señor dejándonos mirar por Él, de mirar a cada hermano como somos mirados por Dios.

Es el tiempo de consolidar la fe y la vida cristiana, de darle impulso, renovando nuestro compromiso bautismal.

La duración de la Cuaresma es de cuarenta días. La Cuaresma no tiene un fin en sí mismo, sino que es una dinámica de preparación y de avance hacia la Pascua. Recordemos que la Pascua es el eje central de todo el año litúrgico y de toda la vida cristiana. La experiencia cuaresmal nos permite hacer un balance de nuestras vidas, logrando una transformación absoluta de nuestro ser. A partir del miércoles de ceniza, la mayoría de las veces, se entiende que la Cuaresma debe vivirse en forma melancólica, sintiendo dolor y tristeza. Esta actitud pesimista debe ser rechazada ya que las prácticas cuaresmales hay que vivirlas con alegría. Cristo murió por nosotros, y murió para darnos vida y la vida hay que celebrarla. Ese Jesús que murió el viernes Santo; resucitó el domingo. De ahí que la alegría de la resurrección tiene que estar presente. Jesucristo resucitó porque dándolo todo, la muerte ya no puede quitarle nada. Nuestra fe tiene que ser adulta, instruida y vivida intensamente.



Este es el gran reto que nos plantea la fe, dar testimonio de la Cruz y la Resurrección.

Hay tres gestos que reflejan como Dios acompaña nuestra vida en este tiempo; la Oración, el Ayuno y la Limosna.
Oración: Cada mañana Dios abre a nuestros ojos todo un mundo de amor y esperanza, su palabra diaria, es la voz que nos guía en nuestro camino, transformando nuestras debilidades. En esta cuaresma la oración será la luz que necesitan nuestros rincones oscuros y el bálsamo para cicatrizar nuestras heridas. Es el espacio de silencio ante Dios, momento para hacer presente al Señor.

Ayuno: El valor más importante no es el tener, sino el caminar, el amor y el ser persona. Nuestra conciencia está adormecida, necesita de la experiencia del ayuno para poder purificar nuestra humanidad. Además, de privarnos de las cosas mundanas, sería bueno que hagamos durante algún momento en estos cuarenta días un gesto solidario con nuestros hermanos desconsolados y desprotegidos, ofreciéndoles nuestro tiempo y nuestro amor.
La limosna: Está totalmente ligada al ayuno, se trata de compartir la misma limosna, es decir que debemos ser nosotros mismos esa limosna: nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad. A través de estas virtudes limosneras, debemos dar testimonio ante los hermanos y la sociedad, de que Dios nos mira a los ojos, nos sostiene en sus brazos y nos regala su compañía.


Cada uno encontrará su desierto y su ayuno. Nada se detiene en la Cuaresma; ni la vida familiar, ni el trabajo, ni las preocupaciones. Es importante que nuestro desierto y nuestro ayuno nos permita ver dentro de nosotros mismos y darnos ese combate espiritual que nos acerque al llamado de Dios.


Oración
Padre nuestro, que estás en el Cielo
Durante esta época de arrepentimiento,
Ten misericordia de nosotros.
Con nuestra oración, nuestro ayuno
y nuestras buenas obras, transforma nuestro
Egoísmo en generosidad
Abre nuestros corazones a tu Palabra,
sana nuestras heridas del pecado,
ayúdanos a hacer el bien en este mundo
Que transformemos la oscuridad y el dolor
En vida y alegría
Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén


¿Qué es la Cuaresma?

El tiempo de Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza y se prolonga durante los cuarenta días previos a la fiesta de Pascua hasta el Jueves Santo, excluyendo la Misa de la Cena del Señor.


• Cuarenta años esperó Israel en el desierto para poder entrar en la tierra prometida.
• Cuarenta días aguardó Moisés la manifestación de Dios en el Monte Sinaí.
• Cuarenta días ayunó Jesucristo en el desierto aguardando la fortaleza del Espíritu para cumplir su difícil misión.

La Cuaresma es un propicio para que los cristianos renovemos nuestro espíritu de adhesión a Jesucristo muerto y resucitado y nos guiemos por el camino de una profunda y progresiva reflexión. Así, todos juntos hemos de prepararnos para la gran Celebración de la Pascua del Señor, liturgia central del año litúrgico.

¿Cómo vivir la Cuaresma?

Lo normal sería que todos los cristianos estuvieran interesados en participar activamente en su comunidad para vivir este tiempo con especial intensidad. Lamentablemente para muchos, especialmente para los más jóvenes, no pasa de ser un periodo más de la Iglesia en que los conceptos de penitencia, ayuno o austeridad, propios de la Cuaresma, no les dice casi nada.

El desafío para los pastores, equipos litúrgicos y catequistas se ve interesante, ya que hemos de esforzarnos para que los fieles conozcan la razón de ser de la cuaresma y puedan aprovechar este tiempo de salvación para vivir con alegría desbordante la fiesta de Pascua. En este sentido, es conveniente recordar a los cristianos, a quienes se esfuerzan por vivir con fe, que la cuaresma tiene especial importancia dentro del ciclo litúrgico ya que la festividad de Pascua, necesita una seria preparación para unirnos a la Resurrección de Cristo. *

El canto en Cuaresma
Es el gran tiempo penitencial de la Iglesia, los cuarenta días de conversión y purificación interior que nos preparan a la mayor fiesta cristiana del año, la Pascua.

Comienza el Miércoles de cenizas. Son días de escucha atenta de la Palabra de Dios que nos vuelve a llamar a un cambio de vida según el Evangelio de Jesús.

Desde el miércoles de cenizas hasta la vigilia pascual no cantamos el Aleluya, porque ese canto es la expresión del gozo de la resurrección; lo reservamos para la noche de Pascua. El Gloria tampoco se reza ni canta en todo ese tiempo, excepto en la misa del Jueves Santo. Pero la Cuaresma no es un tiempo triste, sino más bien un tiempo recogido, de meditación, que es el ambiente que nos permite estar atentos a la Palabra, reflexionar sobre nuestra vida y dar pasos de conversión. Los cantos de la eucaristía deberían favorecer la atmósfera de recogimiento y conversión personal y comunitaria que caracterizan este tiempo litúrgico. *

* Extractado del texto “Animación Litúrgica 2” de Eduardo Cáceres Contreras.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Noticia de Italia

Hacemos mención de una triste Noticia de Italia, perdón si la traducción no es muy buena.

Febrero 16, 2010 Pobres Siervas
La muerte de Sor. Carmela Perlini


Ha muerto anoche tras una larga enfermedad en Negrar Hermana Carmela Perlini.

Madre María Clara envió el siguiente mensaje:

"Queridos hermanos y hermanas,

Esta mañana, 16 de febrero, a las 4.20, se ha ido en paz en el Señor, a la edad de 88 años, Sor Lucía Carmela Perlini. La hermana, enferma desde hace mucho tiempo, estaba en el hospital de Negrar, donde ya había sido hospitalizada por varios días por el empeoramiento de su condición

Hermana Carmela, que entró en la obra en 1941 a los 19 años, siempre se ha distinguido por su fuerza de fe, de gran valor y generosidad, que le llevó a ser de las primeras misioneras de América Latina, lugar donde prestó servicio por muchos años, también como delegada, y más tarde en África, en Angola, donde durante la guerra trabajó sin descanso para muchos.

Agradeciendo al Señor por el don de su vida como pobre sierva y por el ejemplo de autenticidad evangélica que nos ha dejado, recordamos en nuestras oraciones y pedimos que en este año del centenario, interceda por nosotros desde el cielo, para que nosotros también podamos adoptar una vida de santidad, en la fidelidad al espíritu puro y genuino de la Obra que ha testificado.

El funeral se celebrará en San Zeno in Monte Jueves, 18 de febrero a las 14:30. El cuerpo de la querida Hermana será posteriormente enterrado en el cementerio de la Obra de Maguzzano."

Nos escribió P. Daniel

"Quisiera que recordemos a nuestros aspirantes y postulantes que desde el día 15 de febrero han comenzado su retiro, que se extenderá hasta el 19, orientado por el P. Iraní y ayudado por la Comunidad de Nazaret.

Son 8 los muchachos que están participando: Marcial, Gabriel, Sergio, Raúl, Arnaldo, Carlitos, Dario y Dario.

Saludos a todos"

P. Daniel