Jueves ... Día de comunidad!!!

Hola familia, tanto tiempo, feliz día de comunidad.

Con el frío de estos días se me entumecieron hasta las ideas. Aunque lo nuestro va por otro lado, no? Se trata de recordarnos mutuamente de celebrar nuestro día, y no de escribir tantas ideas sueltas.

Cada jueves para mí es especial, los recuerdo ni bien me levanto, mientras desgrano el rosario cuenta por cuenta, pidiéndole al Señor por cada uno de uds.

Muchas veces me he preguntado, ¿qué quiere el Señor de nosotros? … aún no lo sé con certeza. Lo que sí me queda claro, es que debemos permanecer unidos a El, en oración, en una comunión total.

Uds. lo saben mejor que yo, nuestra confianza está puesta en El. Especialmente en estos días tan difíciles de nuestra sociedad, para nuestros barrios, nuestras familias…

Hace un par de semanas atrás, un jovencito de 16 años integrante de un grupo de oración cercano a mi domicilio, fue apuñalado en una ciudad lindante para robarle las zapatillas. Unos transeúntes lo encontraron tirado desangrándose, e inmediatamente lo internaron en una clínica cercana. Los médicos del lugar le hicieron varias transfusiones de sangre y lo dejaron en terapia intensiva.

Las religiosas coordinadoras del grupo de oración, le pidieron a mi esposa algunas estampitas de D. Calabria, para fotocopiarlas y entregarlas a todas las familias de la comunidad, para rezar una novena por el muchachito, que se debatía entre la vida y la muerte. A la vez, las religiosas solicitaban la oración de los chicos de nuestro instituto. Cosa que hicimos un día viernes (antes de las vacaciones de invierno). (1)

Poco más de una semana duró la internación… la recuperación del adolescente fue rapidísima, hecho que asombró a los médicos.

En lo personal, les confieso, que he visto la poderosa intercesión de D. Calabria por los jóvenes en varias oportunidades, y también he contemplado el poder de la oración de nuestros alumnos a lo largo de muchos años. No hacen nada extraordinario, sólo rezan un Padre Nuestro antes de comenzar su turno de estudios (pero hay que verles los ojos y las caritas cuando lo rezan).

Las lecturas de hoy, en especial, el salmo, nos hablará de poner nuestra confianza solo en el Señor.

Vayamos al encuentro de la Palabra.

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(1) La preocupación de las religiosas franciscanas era doble, sufrían por la salud de “su hijo espiritual”, y por el otro lado buscaban la forma de ayudar a la familia del muchacho, porque la clínica les cobraba $ 3.000 (tres mil pesos) por día de internación. Al joven lo internaron en esa clínica, porque fue lo más cercano que encontraron, y la situación era desesperante. Por otra parte, no se podía hacer el traslado a un hospital, porque lo mantenían con vida conectado a muchos aparatos.

Libro de Jeremías 18,1-6. Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
"Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras".
Yo bajé al taller del alfarero, mientras el trabajaba en el torno.
Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor.
Entonces la palabra del Señor me llegó en estos términos:
¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? -oráculo del Señor-. Si, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel.
Salmo 146(145),1-2abc.2d-4.5-6. ¡Aleluya!
¡Alaba al Señor, alma mía!
Alabaré al Señor toda mi vida;
mientras yo exista, cantaré al Señor.

No confíen en los poderosos,
en simples mortales, que no pueden salvar: cuando expiran, vuelven al polvo,
y entonces se esfuman sus proyectos.
Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob
y pone su esperanza en el Señor, su Dios:
él hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos.
El mantiene su fidelidad para siempre,

Evangelio según San Mateo 13,47-53. El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.
Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.

Los saludo con el aprecio de siempre, deseándoles lo mejor. Que Dios nos bendiga a todos junto a nuestros seres queridos. Hasta la próxima.

Titino