En la fecha, siendo aproximadamente las 15:oo hs, partió a la Casa del Padre nuestro querido hermano P. Fermín.
Sin lugar lugar a dudas, un santo nos deja para retornar junto al Padre.
El ha sido para nosotros un signo viviente del amor del Padre y con su testimonio nos guió en la espiritualidad trasada por Don Calabria.
Para muchos de nosotros que no tuvimos la oportunidad de conocer a Don Calabria, a Don Pedrolo o a otros tantos Sacerdotes y Hermanos Pobres Siervos de la primera hora, él fue quien nos fue dando a través de su ejemplo, sus charlas y sus conversaciones, los distintos matices de la Espiritualidad Calabriana.
Que el Señor lo acoja en su Gloria y junto a Don Calabria y tantos santos Pobres Siervos que nos precedieron en el regreso a la Casa del Padre, nos siga bendiciendo cada día a través de su intermedio como lo ha hecho hasta ahora.