Feliz día de comunidad, hermano de Nazareth!
Los tiempos se acercan, y debemos estar preparados para recibir a Jesús que viene a nuestro encuentro.
La Palabra de hoy es consoladora para aquellos que están (que estamos) agobiados por el peso de tantas incertidumbres, el mismo Dios Padre nos dice en la lectura del libro del profeta Isaías (41, 13-20):
“Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda.
No temas, … soy yo, dice el Señor, el que te ayuda; tu redentor …
… yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; plantaré juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan, adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor la que hace esto, …”.
También la palabra de Jesús nos llama a serenar el espíritu y confiar en El. La visión de Jesús es muy distinta de la mirada del mundo. (del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15):
…“Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista.
Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él…”.
Los tiempos se acercan, y debemos estar preparados para recibir a Jesús que viene a nuestro encuentro.
La Palabra de hoy es consoladora para aquellos que están (que estamos) agobiados por el peso de tantas incertidumbres, el mismo Dios Padre nos dice en la lectura del libro del profeta Isaías (41, 13-20):
“Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda.
No temas, … soy yo, dice el Señor, el que te ayuda; tu redentor …
… yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; plantaré juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan, adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor la que hace esto, …”.
También la palabra de Jesús nos llama a serenar el espíritu y confiar en El. La visión de Jesús es muy distinta de la mirada del mundo. (del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15):
…“Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista.
Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él…”.
Un abrazo grande. Y hasta el jueves que viene, Dios mediante.
Titino.
Titino.